Lucía Carmona: “Cuando le damos la importancia que se merece al deporte femenino, se demuestra que sí interesa”
La Coeducadora y Gestora Deportiva, comparte su visión sobre la evolución del deporte femenino y expone los retos principales para avanzar en términos de igualdad

Jugadoras del FC Barcelona celebrando un gol en el Camp Nou. Fuente: FC Barcelona
Coeducadora en educación en igualdad, entre niños y niñas y adolescentes en todas las etapas educativas, desde primero de primaria hasta la realización de máster, incluso enfocado a espacios deportivos y físicos expresivos. Lucía Carmona abarca la educación física, el ejercicio físico y el deporte en todas las etapas educativas. Impartiendo cursos, seminarios y talleres enfocados en la integración de la perspectiva de género y coeducación.
Los referentes deportivos femeninos, la transversalización de la perspectiva de género en todas las etapas educativas y la prevención de violencia en el deporte, son algunos de los temas que Carmona defiende en su búsqueda de igualdad en el deporte.
¿Cómo valoras tu labor dentro de la sociedad?
A nivel formal, incluso en la legislación, vemos que la coeducación y la perspectiva y la igualdad de género son temáticas transversales. Pero realmente no tenemos en cuenta muchas veces que en el deporte la educación física es muy importante. Para mí es tan importante porque al final todo lo que hacemos en el ejercicio físico lo hacemos con nuestro cuerpo y no hay ninguna otra materia que eduque al cuerpo. Por lo tanto, yo creo que somos las especialistas en ciencias de la actividad física y el deporte con las que tenemos que trabajar toda esa detección y prevención de violencias e igualdad que se reproducen sobre el cuerpo.
¿Te has encontrado muchos desafíos a lo largo de tu carrera profesional?
El primer desafío fue inventarme la profesión. A partir de ahí yo creo que todo ha ido más suave. Sí, sobre todo porque creo que es una salida que en ciencias de la actividad física y deporte no te planteas mucho. Luego también hay mucha resistencia social, igual que en cualquier otro ámbito de la vida, y cuesta mucho concienciar al sector deportivo en general, desde las etapas más base hasta las etapas más profesionales, de que la igualdad es necesaria en su entidad. Entonces sí que es cierto que fácil no es. Yo creo que todo lo que tenga que ver con las necesidades específicas de las mujeres a nivel de cuestiones vitales o a nivel de igualdad, sobre todo en un sector que es hegemónicamente masculino y donde aún las mujeres estamos relegadas un poco a los márgenes, es muy complicado. Al final yo soy una mujer joven entrando en un sector muy masculinizado.
¿Cómo has visto la evolución del deporte femenino desde que empezaste hasta ahora?
El deporte femenino ha tenido una clara evolución positiva en cuanto a visibilidad y notoriedad en los medios de comunicación. Sí que es cierto que, al ser una evolución tan lenta, creo que muchas veces pensamos que evolucionamos más rápido de lo que realmente es. A mí me gusta apoyarme en los datos y, por ejemplo, de 2025 a 2024 hemos bajado algunos puntos porcentuales, aunque de 2022 a 2023 subimos. Vemos por tanto que es un poquito cíclico, no es del todo una subida lineal. Cuando ganamos el mundial de fútbol ahí se vio que realmente cuando ponemos sobre la mesa el deporte femenino y le damos la visibilidad, la importancia y la notoriedad que merece y lo tratamos exactamente al mismo nivel que el deporte masculino, ahí se demuestra que sí que interesa, que sí genera y que sí podemos avanzar en esa línea. Yo creo que el fútbol ha sido una gran baza para la sociedad en general.
Por otra parte, también funciona un poco de trampantojo, porque cuando hablamos de deporte nos creemos que todo el deporte es fútbol y no es así. Se piensa que ya hay igualdad porque como ya hemos ganado un mundial y ya hemos salido en los medios de comunicación… pero cuando miras los datos estamos en porcentajes muy bajos de igualdad. Los niños y las niñas, a nivel de educación, siguen con referentes masculinos del fútbol, referentes que igual no son los más adecuados. Siguen faltando referentes. Incluso la portada del diario Marca del 29 de octubre, salía Rodri en grande en el centro y Aitana salía en un margen a la derecha, mucho más reducida de tamaño. Sigue siendo bastante lícito encontrarnos eso.
Sobre cómo el fútbol nos ha ayudado o no
Ahora voy a las aulas y a mí siempre me dicen: qué suerte vas a tener cuando trabajes con esta clase, porque la mayoría de las niñas juegan al fútbol de extraescolar. Luego me encuentro que en los patios del colegio estas niñas no practican el fútbol porque reciben resistencia y violencias simbólicas y explícitas por parte de sus compañeros.
Por otro lado, nunca recibo la reflexión contraria, nunca me dicen: qué suerte vas a tener porque en esta clase muchos niños practican natación sincronizada o patinaje artístico. No sucede eso. Por lo tanto, eso me sigue diciendo que desde las etapas más bases hemos creído que hemos alcanzado una igualdad, porque el fútbol femenino ha llegado a donde había llegado el fútbol masculino, pero realmente es una igualdad androcéntrica completamente. En realidad, estamos mirando hacia arriba en una jerarquía en la que nosotras, parece que tengamos que llegar donde han llegado ellos, pero ellos nunca se plantean llegar a donde hemos llegado nosotras.
¿Crees que hay mucho trabajo por hacer aún en estas etapas educativas?
Claramente sí. Principalmente en cuanto a conceptualización básica, en prevención y en violencia de género porque todo eso luego se transfiere al deporte. Yo creo que falta mucha conciencia aún, mucho trabajo, y no estamos avanzando tanto como pensamos. Sin embargo, sí que es verdad que el fútbol femenino ha hecho, que muchos niños cuando yo pregunto ronda de referentes, ya me empiezan a decir Alexia Putellas, Olga Carmona o Aitana Bonmatí. Prefiero eso que un Messi, por ejemplo.
Según estadísticas de ADDICO, el 8,9% de las niñas querían que Alexia Putellas fuera su jefa en un futuro. En la décima posición de los niños, también era Alexia Putellas con un 1,9%. ¿Crees que los niños empiezan a aceptar el liderazgo femenino?
Claro. De hecho, hay estudios que correlacionan la actividad deportiva en niñas y adolescentes con un liderazgo posterior, por lo tanto, tiene todo el sentido del mundo que transfiramos ese pensamiento a un ámbito más superior de jerarquía. Al final el deporte es jerarquía pura, porque igual que en un aula está el alumnado y luego está el profesorado, en el deporte es igual. Por lo tanto, todos esos niños que consigan deconstruir esa misoginia que tienen interiorizada por todos los agentes sociales que les van llegando y reconocen ese liderazgo, hacen toda esa transferencia sin en realidad saberlo. Eso también provoca que tengamos más referentes femeninos en el deporte y de este modo, tener una clara transferencia positiva a la sociedad. Nos hace aceptar a las mujeres como cargos de poder más altos, y aceptar que sus decisiones son buenas.
¿Para ti qué sería una referente?
Un ejemplo en el que mirarnos. Es saber que existe alguien que ya ha avanzado en un camino que tú quieres recorrer y tú al conocer a esa persona puedes imitarla y puedes intentar hacer lo mismo que ha hecho con el objetivo llegar a donde ha llegado.
Si es una referente para ti, vas a disfrutar del proceso y del camino. Por lo tanto, para mí me parece importantísimo que las niñas tengan referentes femeninos, porque así ellas pueden tener un espejo donde mirarse y también seguir ese camino que han recorrido ya otras deportistas con mucho menos esfuerzo de lo que han tenido que hacer las referentes y las pioneras.
¿Qué papel juegan los niños en todo esto?
Los niños tienen que intentar dejar de tener miedo en que esas referentes los tapen a ellos. Yo a los niños y a las niñas siempre les explico que al final el pastel de la igualdad y de la equidad tiene ocho trozos. Hasta ahora los chicos igual han estado ocupando seis, siete trozos, entonces ahora nosotras tenemos que ocupar más trozos. Todas esas resistencias de no querer ver a esas referentes o de intentar apartarlas o de no tomárselas en serio, viene un poco todo de ese miedo de la pérdida de privilegios, cuando en realidad es mucho más enriquecedor si tenemos referentes femeninos. Cuando derribemos todos esos roles y estereotipos de género, habrá niños que se puedan beneficiar muchísimo de tener referentes femeninos porque no encajen en el modelo tradicional masculino. Igual que hay niñas que se benefician muchísimo de tener referentes masculinos porque no encajan en ese modelo estereotipado de niña.
Entonces, cuando consigamos romper todos esos roles y estereotipos, niños y niñas admirarán y tendrán referentes independientemente de su sexo. Eso será lo maravilloso.
Ahora las niñas quieren ser futbolistas. En la segunda posición de esta encuesta de ADICCO las niñas escogieron esta profesión en un 12,8%. Un aumento muy positivo respecto al año anterior donde estaba en séptima posición con un 3,8%. ¿Por qué crees que se da esto?
Ahora ellas ya se pueden imaginar viviendo de eso. Las niñas y adolescentes se nutren de las acciones que hacen las futbolistas como las reivindicaciones que han hecho de sus derechos como profesionales. Ahora saben que tienen capacidad de luchar, de dedicarse a ello y de ganar dinero. Antes, uno de los motivos primordiales de la tasa de abandono deportivo femenino era que ellas no se querían dedicar a ser deportistas profesionales porque tenían claro que no iban a poder vivir de ello.
Hoy en día estamos viendo que sí, que existe la posibilidad. No tenemos que olvidar la visibilidad que ha dado que la Selección Española haya ganado el mundial, el impacto que ha tenido en redes sociales y los medios de comunicación.
También ha habido un cambio de parámetro en el cuerpo femenino. Si nos fijamos ahora, igual en el fútbol no lo apreciamos tanto, pero en deportes históricamente feminizados las chicas son más fuertes, ya no son tan ‘delgadas’. Vemos por tanto más variedad de cuerpos en el deporte femenino, lo que hace que las niñas encajen mejor en el deporte.
¿Qué papel crees que juegan las redes sociales?
Se está demostrado que las redes sociales aumentan mucho los disparadores de insatisfacción corporal muchísimo y provocan una baja autoestima. Esa sería la cara B. Estamos llenos de evidencia científica que demuestra que las redes sociales provocan en el cerebro del adolescente, y más del niño y de la niña, una barbaridad de cascadas en negativo, problemas de salud mental, etc.
También he notado un incremento bestial de cuentas que se dedican a subir videos de deporte femenino, muy variado. En deporte femenino las cuentas que yo veo, a no ser que sea cuenta especificada de un deporte, que suelen ser de fútbol, el resto sí que implica una variedad deportiva muy importante. Se está empezando a dar más variedad de deportes y cuentas específicas que no cosifican, no infantilizan, no hablan de si son madres, hermanas, novias… sino que hablan únicamente de los éxitos deportivos, dan información veraz y concisa.
Todos y todas las personas adultas tenemos una responsabilidad para con la infancia, la juventud y la adolescencia. Tenemos que ser responsables con lo que mostramos. Prefiero que estén viendo cuentas de deporte femenino o de fútbol femenino que otro tipo de cuentas que les pueda provocar insatisfacción corporal.
Por poner un ejemplo, hubo un tiempo donde Alexia Putellas salía entrenando tanto que se le veía muy fuerte. La visibilizaban como una máquina en el campo y ella salía entrenando fuerza. Era símbolo de fortaleza física. A mí eso me motiva porque no está sexualizada, no está cosificada, no está infantilizada.
¿Qué influencia tienen los padres en todo este proceso?
La familia es un agente socializador súper potente y cuando tú a los niños y a las niñas les empiezas a rascar un poco sobre roles y estereotipos de género, claramente identificas aquellas familias que en su casa fomentan en igualdad tanto deporte femenino como deporte masculino como aquellas que no.
En el discurso, en cómo ellos y ellas responden, en cómo no le dan jerarquía a una cosa masculinizada sobre una cosa feminizada, ahí se nota cuando hay un buen trabajo familiar. O cuando, sobre todo los niños te dicen: no veo fútbol femenino porque en mi casa no se pone. Claro, ese niño, que aún no tiene móvil, que aún ni siquiera le dejarán manejar el mando en su casa, si en su familia no le están poniendo deporte femenino, no le están mostrando eso, ¿cómo le va a gustar? Es imposible. Lo que no ven, para ellos y para ellas, no existe.
Las familias, junto al centro educativo, junto a la sociedad en general y los medios de comunicación, tenemos una responsabilidad para con la infancia. Igual que le invitas a probar todo tipo de comida y que ella elija lo que le gusta y lo que no le gusta, también debemos invitarles a probar todo tipo de actividad físico-deportivo, físico-expresivo, para que elija lo que le guste.
Eso para mí es una forma de educar, al final, como todo, en variedad. No es mejor el niño que lee que el niño que prefiere jugar al ajedrez. Pero todo el mundo tenemos claro que, si le invitas a leer, va a leer y va a probar a leer, y si le invitas a jugar al ajedrez, va a jugar al ajedrez.
¿Cómo crees que está hoy en día el acceso a practicar el deporte que ellas quieran? ¿Crees que los clubes están tomando cartas en el asunto para incorporar la sección femenina?
Cuando trabajo con clubes y federaciones, sobre todo en la parte de planes de igualdad siempre les digo que a mí me da igual los motivos por los que lo hagáis, yo lo que quiero es que esa sección femenina esté.
Es verdad que, por desgracia, duele decir: la tenemos porque la debemos tener. Muchos comentarios son bastante peyorativos hacia la parte femenina del club o de la federación. Pero al final yo creo que deberíamos ir encaminadas a ‘me da igual, pero lo tienes que tener’. Porque tenemos una responsabilidad social, para con el 52% de la población, que son las niñas, adolescentes y mujeres, que se lo tenemos que ofertar. No les podemos negar esta parte.
Muchas veces ni siquiera les dan la oportunidad de prestarle atención. Y, al final, ellas también se sienten ignoradas. Sienten que el deporte, ese espacio, no es para ellas. Si tú, además, les estás haciendo competir a las peores horas, entrenar a las peores horas, en los peores espacios, a ellos dándoles dieta y a ellas no, ellos viajando en horarios más cómodos que ellas. Yo creo que todo eso hace que, al final, tengamos una parte femenina de segunda, pero no porque seamos mujeres, sino porque realmente la estás haciendo tú menos. Es como que estás forzando a que la propia niña diga «este no es mi sitio, me tengo que ir».
Al final las que han llegado superando todos estos obstáculos llegan a pesar de, pero nunca gracias a, y yo lo que quiero es que los clubes y las federaciones empiecen a hacer el camino un poco más fácil para que ellas también lleguen gracias a, y no tanto a pesar de.
Sobre el debate de: ¿qué va primero, gano títulos e invertís en mí o invertís en mí y gano títulos?
Las tienen entrenando como hombres, cuando no son hombres, intentando que alcancen los puestos a los que han alcanzado los hombres, pero con la mitad de ayuda, siendo generosa. Es como exigirte que vueles como los pájaros.
Primero, dale los recursos y las herramientas, que cuando lo hemos hecho, yo creo que hemos demostrado que sí que podemos. Por eso te hablaba al principio también un poco de esa igualdad androcéntrica, porque, claro, aquí el discurso más fácil es, visto desde un punto androcéntrico, cuando empieces a generar más, cobrarás más. Pero si tú quitas esa capa superficial, realmente yo empezaré a generar más cuando tú me des los mismos recursos.
Eso es tratarme de forma equitativa, equilibrada. Ni siquiera ser más, ni ser menos. Lo que queremos es partir del mismo punto, para así demostrar que podemos cobrar lo mismo. Lo que no nos está gustando es que todo el rato estéis intentando que alcancemos un nivel cuando partimos de uno muchísimo más bajo.
¿Qué retos ves para avanzar en términos de igualdad a la hora de acceso de las niñas al deporte femenino?
El primer reto es derribar completamente todo lo asociado al género como los roles y los estereotipos. Son la primera barrera que se encuentran las niñas, porque no se ven en ese lugar. Luego, lo segundo, el trabajar desde las etapas educativas más bases hasta el grado de Magisterio o de Ciencias de la Actividad Física del Deporte. Porque luego van a ser los futuros y las futuras docentes de esa infancia. Aprender a identificar violencias e intentar erradicarlas. En tercer lugar, que los espacios de ocio no sean tan futbolcentristas. Yo cuando trabajo a nivel de Patios Coeducativos yo no estoy a favor de quitar el fútbol del patio, porque entonces también le estamos quitando la oportunidad a que esas niñas que quieran jugar al fútbol puedan. Pero sí que es verdad que existen ya herramientas de manejo para intentar controlar un poco más esta situación. Por último, trabajar con los medios de comunicación, que ahora mismo suponen uno de los principales agentes socializadores a todas las edades. Entonces, desde los medios públicos como Televisión Española, Teledeporte, empezar a fomentar mucho más el deporte femenino, empezar a visibilizarlo mucho más.
Al final venimos viendo como las chicas en el deporte femenino tienen que conseguir un nivel de lo más alto, un oro, o ganar, o subcampeonas mínimo para que se hablen de ellas. Y en el deporte masculino estamos hablando hasta de las vacaciones.
¿Qué mensaje darías a todas esas niñas que sueñan con hacer carrera deportiva?
Que tienen derecho a ocupar ese espacio, a reivindicar sus derechos, y que van en el buen camino de la oportunidad. Pero también les diría que no se esperen un camino fácil, que van a tener que trabajar mucho en sí mismas, y que intenten esforzarse en buscar referentes en los que puedan mirarse. Porque al final yo creo que eso les va a dar fuerza para continuar, y que siempre habrá mujeres como yo que intentarán trabajar por ellas.